... Su voz era su música favorita, su esencia era su fragancia preferida, y su compañía era su mejor amigo.
¿Desde cuándo sentía algo por él? Se preguntaba siempre todas las noches mientras inconscientemente pensaba en él.
Aunque tal vez él no lo supiese, cada palabra, cada acción y cada gesto significaba todo para ella. ¿El amor podría ser tan obsesivo? En realidad, se tardó mucho en llegar a la conclusión de que lo que sentía era amor.
Cuantas veces no soñó estar entre sus brazos, cuantas veces no soñó ser la persona que lo hiciera feliz y ser la creadora de sus lágrimas de emoción y felicidad.
¿Por qué no quería darse la oportunidad de ser feliz? ¿Por qué no podía dar el primer paso? ¿Por qué era tan difícil actuar?
Pero el amor hay que tomárselo a pecho, no es que se diga, sino que así lo sientes y ya, así tiene que ser y ya, no puedes hacer nada al contrario.
A veces no se podía contener de abrazarlo, de robarle un beso... En sus mejores sueños era él el que no aguantaba y le rodeaba la cintura con sus brazos y unía sus cuerpos con un tierno beso que cada vez se hacia más pasional hasta llegar al punto en no contenerse y llegar a entregarle todo su cuerpo sin arrepentimientos...
Pero solo era eso, sueños... y los sueños no siempre se cumplen, al menos no este.
Pero estaba decidido, algún día ella se arriesgaría, porque ella es joven y hay mucho que vivir, porque sabe que no debe haber tiempo para arrepentimientos. Solo existe tiempo para sentirse humana, para sentirse mujer, y nunca será tarde... No, nunca será tarde mientras que él siga a su lado acompañándola...
