A veces hablamos sin querer ser escuchados. Nos expresamos a solas y discutimos con nosotros mismo temas triviales. En esos momentos no es necesario otra persona en tu vida.
Cuando nos encerramos en nuestro mundo, el que podemos controlar a nuestro gusto, a nuestro placer; no necesitamos de alguien más que nos ayude a "crearlo". Días que sentimos que la soledad es nuestra mejor y única amiga, momentos en los que queremos gritar y actuar y que nadie nos diga nada, nos deje ser tal cual queremos ser, tal cual a nuestros impulsos.
Tú, mi amado, por ahora eres una necesidad innecesaria.